«Sé lo que quiero, estoy consciente de los cambios que requiero dar, hago afirmaciones, decreto, trato de pensar positivo y de cualquier forma sigo bloqueado y no logro nada»

¿Te suena familiar?
Eso le pasa a la mayor parte de las personas, que a pesar de saber la teoría, en la práctica no les resulta tan sencillo poner a su favor la ley de atracción, como lo prometen en libros o documentales como «El secreto»
Una de las razones por la cual estoy en contra de la motivación como la única forma de generar cambios en la vida de las personas, es que en verdad no basta que alguien «te motive» para llevar tu vida a un nuevo nivel. Eso es rebajarlo y darle un toque que cae en lo superficial y pasajero. Soy muy escéptico y te recomiendo que huyas de aquellas personas que te prometen cambiarte la vida al sólo escucharlos. Nada más alejado que eso. 
Siempre he dicho que si queremos lograr dar un giro de 180° debemos ir mucho más allá del simple «pensar bonito», afirmar o decretar en el espejo de tu baño. Es indispensable conocer lo que hay en el fondo que nos impide avanzar. Sino, sería como querer barrer la casa metiendo la basura debajo de la alfombra. Sino la sacas al patio, tarde que temprano volverá a salir.
A esos autobloqueos mentales se les llama CONTRAINTENCIONES. Y no es más que la otra parte de nuestra mente que nos dice que no podemos, que es imposible, que estamos volando muy alto, que nadie más lo ha logrado, que si nunca has podido porqué ahora sí, etc. 
Te comparto un ejemplo claro: Quieres aumentar tus ingresos pero no encuentras oportunidades ni soluciones para generar algo extra. Revisas tu intención y te das cuenta que es correcta: Definitivamente, quieres tener más dinero. Pero, lo que dejamos pasar es lo que hay detrás de ese pensamiento: 
Quieres tener dinero pero:
-Envidias el éxito de los demás
-Criticas que a otros les vaya bien
-Te cuestionas si realmente serías capaz de tener más
-Piensas que mucho dinero es malo
-Crees que los ricos son personas avariciosas
-En tu casa siempre te dijeron que «no había» «que tenían que pedir prestado» «que el dinero no crece en los árboles»
Esas frases que ya son tan automáticas que ni les prestamos atención son las famosas contraintenciones, y al final tienen un peso mayor que tu intención en tu poder de atracción, impidiendo por lo tanto que suceda lo que deseas manifestar. 
En otras palabras, es como hacerle una petición a Dios pero al mismo tiempo estar dudando de su existencia.
¿Qué puedes hacer? Parece un ejercicio muy «simplón» pero la verdad es bastante poderoso y lo recomiendo en mis sesiones de coaching: 
Revisa y escribe todas las contraintenciones que existan en relación a tu meta. Ya sea el iniciar un negocio, encontrar pareja, comprar casa, realizar un viaje. Sea lo que sea, por más raro que parezca, que creas que pudiera estar metiendo ruido a lo que deseas, es importante trabajarlo. 
Una vez escritas, hay que descubrir de donde vienen (¿Quién te lo dijo? ¿Porqué te lo creíste? ¿En qué momento estaban?) , quitarles poder argumentando lo contrario, y formular nuevas INTENCIONES para cada una de las contraintenciones y sanar esa parte de ti.
Si quieres saber más, sigue a la espera de la próxima reflexión semanal donde revelaré más información sobre este tema.

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