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| Con Isabel Sales, reconocida coach y directora de EspaiCoach en Valencia, España |
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| En Italia, en compañía de algunos asistentes españoles al curso de Tony Robbins |
Te escribo desde Madrid, después de haber tenido una de las mejores experiencias de mi vida.
Este viaje ha sido sorprendente, no sólo por el curso con Anthony Robbins en Italia en donde estuvimos más de 7,000 personas de 40 países, sino por todas las puertas que se me han abierto de forma contundente.
He conocido gente maravillosa como Isabel Sales, directora de EspaiCoach, y líder para España y Latinoamérica de los eventos con Robbins; he contactado y he hecho sinergia con decenas de coaches; se crearon nuevas amistades y definitivamente aprendí de nuevos maestros; pudimos concretar un gran proyecto con la nueva editorial que publicará mis libros que precisamente tiene sede en España (lo cual pronto te diré); pude compartir mi mensaje a más de 450 directores y profesores de Sevilla gracias a mi extraordinario amigo «Aryuna» Alonso Pulido, afamado risoterapeuta; me han hecho invitaciones para estar en diversas ciudades de este mágico país y muy pronto tendremos mucha más presencia en este lado del mundo.
En fin, tengo mucho que decirte, muchas enseñanzas, muchas ideas, mucho aprendizaje pero te lo compartiré pronto de forma más profunda mediante un artículo.
Esta semana sólo quiero hablarte de un concepto breve que le aprendí a mi gran amigo Mike hace muchos años. Hoy sus palabras ya son parte de la filosofía que compartimos a miles de personas. Antes de subirme al escenario para comenzar mi presentación Mike, quien formaba parte de mi staff, siempre se acercaba para desearme suerte y me decía: «Haz que valga la pena». Y aunque se refería a mi Conferencia en particular, esto aplicaba a cualquier línea de vida.
En este viaje reafirmé ese concepto de «hacer que valga la pena» y me volví a enamorar de lo que hago, como si fuera la primera vez. En este viaje reiteré el compromiso con mi propósito y me cuestioné profundamente cada noche lo que he hecho en estos últimos meses.
Hoy es un buen día para reflexionar si lo que estás haciendo desde que te levantas hasta que cierra tus ojos vale la pena. Hoy es un buen momento para detenerte un poco y cambiar de dirección si es necesario.
¿Sabes? Lo más importante al final de la vida es «hacer que valga la pena»: viviendo intensamente, trabajando en tu sueño, con las personas que quieres y enfocado en tu propósito.
¿Vale la pena lo que haces? ¿Estás dando lo máximo de ti para que esto suceda? ¿Qué cambios necesitas realizar? ¿Qué nuevos caminos hay que explorar?
Pronto te seguiré platicando de mi aventura en Europa, porque definitivamente valió la pena.