Cuando a Paul McCartney le preguntaron sobre cuál creía que había sido el inicio del fin de «Los Beatles» contestaba con aquella historia en la que tocaron por vez primera en el New York´s Shea Stadium en el verano de 1965 ante más de cincuenta y cinco mil fans histéricos que no paraban de gritar.

Era el concierto más multitudinario que el grupo había dado en su historia. Entre el clamor y el caos, los Beatles no podían ni siquiera escuchar su propia música. Su arte quedaba ahogado por su popularidad. Fueron los conciertos masivos como aquel entre una mezcla de intereses económicos derivada de lo mismo, según dijo Paul, el comienzo del fin de la banda.

A veces, hay que ser lo suficientemente honestos para aceptar que hemos dejado de escucharnos y que hemos ido apagando nuestra propia voz.

¿Hace cuanto tiempo dejaste de escucharte? ¿Desde cuándo le perdiste el gusto, el amor y la pasión a lo que haces?

Probablemente debido al ajetreo de todos los días, el ir y venir, la agenda apretada, el multitasking, el quedar bien con todos, y sobre todo, a una falta de atención y enfoque, a veces nos olvidamos de lo más importante.

En el momento en el que nos dejamos de divertir, de gozar, de disfrutar, es cuando comenzamos a morir lentamente. Ya sea en tu trabajo o en tu relación de pareja. Cuando dejas de asombrarte y apagas tu voz es importante revisar qué es lo que está fallando y qué decisiones hay que tomar.

Hoy es momento de reencontrarte con tu propia voz, con tu más anhelado sueño, con tu intención. Hoy es tiempo de reinventarte, cargar pilas y volver a andar el camino. Hoy es la oportunidad para no dejarte engañar por el ruido de la rutina, y recordar que estás en este mundo para que tu música siga sonando dentro de ti. No dejes de escucharte.

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