La culpa paraliza. La responsabilidad libera.

Una de las razones principales por la cual escribí mi nuevo libro «Los elefantes no vuelan»  fue para apoyar a las personas a sanar su historia y a crear una nueva vida de forma divertida, sin tanto drama y sin tantas complicaciones.

Durante el proceso de estarlo escribiendo reafirmé que, quienes no avanzan no es porque no puedan, sino es porque les encanta seguir estancados en el pantanto. Conozco a muchos que les fascina seguir viviendo literalmente a la «antiguita».  Se autodefinen por su pasado, recordando memorias viejas:

«Yo soy la que se divorció hace…» «Yo soy el que corrieron del trabajo…» «Si tú conocieras mi pasado lloras…» «Cuando se murió mi hijo nada fue igual» «Tú me desgraciaste la vida» «Yo soy así porque mis padres fueron muy duros conmigo» «Nunca tuve dinero»

Algunos tan siguen cargando su pasado, que todas sus decisiones en el presente están determinadas por experiencias que ya sucedieron.

El precio a pagar es muy alto, si se sigue viviendo así, sin cerrar círculos; porque nuestro enfoque, energía y mente está cargado hacia algo que ya no es y ya no será.

Definitivamente no eres tu pasado. Ni eres las decisiones que tomaste. Ni siquiera eres los resultados que estas arrojaron. Tú eres tú y se acabó.

En el momento en que lo hagas consciente, dejas la culpa a un lado y te empiezas a centrar en tu verdadera responsabilidad de lo que ya pasó, de lo que aprendiste, de lo que hay que ajustar, de lo que hay que perdonar y de lo que hoy quieres empezar y reinventar en tu vida.

Deja de cargar y de estarte repitiendo tu drama constantemente.

Mejor empieza a sanar y trabaja en tu interior. Es mucho más positivo, liberador y responsable.