Uno de los términos más utilizados por la psicología moderna, y que aunque es un concepto milenario, su difusión y acercamiento a las masas ha sido más fuerte en los últimos años, es sin duda: FLUIR.
No se trata de una idea new age, esotérica ni antirreligiosa, ni de ley de atracción ni de pensar bonito. Tampoco pretende quitarle el poder a Dios, de hecho, cuando lo entendemos y la practicamos nos une más con ÉL.
Incluso se han escrito cientos de libros sobre el tema, y como Mihaly Csikszentmihalyi uno de los autores más afamados lo menciona: «es muy probable que constituya una de las áreas más productivas de la investigación psicológica en las próximas décadas».
¿Qué es fluir?
Podríamos profundizar por horas, pero en términos prácticos es: «dejar que suceda lo mejor para ti». Lo más importante de esta definición se encuentra en las 3 primeras palabras: DEJAR QUE SUCEDA. Dicho de otra forma, NO BLOQUEAR, sino permitir que TODO lo que deseas y generas (consciente e inconscientemente) pueda entrar a tu vida. Ser como el agua, que avanza sin detenerse, como lo menciona el título de uno de los libros del escritor brasileño Paulo Coelho «Ser como el río que fluye». Es abrirse a la posibilidad de que las cosas pasen, aún frente a eso que, en un principio probablemente no era lo que esperábamos.
¿Qué nos detiene para fluir?
- El desear que todo salga EXACTAMENTE, como copia fidedigna de nuestras expectativas.
- El enojo, coraje o resentimiento por que las cosas no salen como uno las espera
- Pensamientos negativos, de autosaboteo o creencias limitantes.
- Estar en los lugares o rodeado de personas incorrectas (quienes no ayudan en tu crecimiento)
- Querer racionalizar todo
- ¿Qué nos ayuda a fluir?
- Ser responsables con lo que nos sucede, dejándose llevar. Tomando las decisiones correctas pero sin ESPERAR nada, simplemente viviendo y disfrutando.
- Respirar y estar abierto a recibir los mensajes, cuando nos cambian los planes
- Tener un propósito bien definido de vida. Saber qué queremos y qué no queremos.
- Cultivar nuestra mente con todo aquello que ayude a generar pensamientos positivos
- Trabajar con nuestras emociones (perdonar, sanar, soltar)
- Rodearse de personas que inspiren, que eleven tu frecuencia y que te ayuden a seguir creciendo
Incluso podemos detectar cuando ciertos eventos, experiencias, situaciones o relaciones simplemente no están fluyendo. Lo he dicho en múltiples ocasiones en mis Conferencias y Seminarios: Cuando no fluye, no es por ahí. Así de simple.
Pero (el gran pero) es que para poder darte cuenta si fluye o no, necesitas estar fluyendo tú mismo con tu propia vida, sino, vuelves a caer en lo mismo de estar bloqueando lo mejor para ti. No esperes que las cosas se den o se logren, si TÚ PRIMERO no estás conectado 150% con tu esencia, con Dios y con lo mejor de ti, practicando los puntos que te ofrecía en el párrafo anterior.
Por lo cual, regálale a tu futuro esta maravillosa oportunidad: ¡FLUYE! No tengas miedo de perder algo; de hecho cuando realmente pierdes es cuando quieres controlar todo. Lo mejor de todo es que cuando sueltas y dejas ir es cuando más recibes.
Abre tus brazos y deja que la vida te sorprenda.