“El hombre se dedica a desear en voz alta, aquello que jamás se esfuerza en alcanzar. -Noel Clarasó
“Los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta. -Henry Ford
Existen dos creencias que me llaman poderosamente la atención:
- “Para obtener lo que deseas en la vida, hay que trabajar duro y sufrirle hasta que lo alcances”. (Muy dramática, ¿no crees?)
- “Lograr lo que te propones es cuestión de suerte. Por eso, muchas personas no batallan nada”. (Si esto fuera cierto…)
No estoy de acuerdo con ninguna.
Cuando entrevistas a personas exitosas (en diferentes áreas) y “escarbas” un poco en sus historias, descubres que alcanzar lo que anhelas no es un asunto ni de sufrimiento ni de suerte.
¿Entonces qué poseen esos seres extraños, que SÍ materializan sus sueños y cumplen sus objetivos?
Aunque creo en los milagros, en la magia y en la sincronía en donde todo cuadra de manera perfecta, estoy convencido de que, al final, lo que hace la diferencia entre quienes tocan el éxito y quienes mueren en el intento, es esa simple, pero profunda mezcla de trabajo y perseverancia.
Más de diez mil horas de vuelo dedicadas a lo que nos apasiona, haciendo lo ordinario de forma extraordinaria, nos convierte en una persona fuera de serie, como menciona Malcolm Gladwell.
Sin embargo, también creo que detrás del sudor y la tenacidad, existe algo sumamente importante, pero que en varias ocasiones se deja de lado: planificar.
¿Has conocido a una persona que se pelea con la vida, se frustra, se agota o simplemente desiste a la primera, porque las cosas no salen como espera?
Estos personajes dedican mucho tiempo y energía a buscar culpables de sus “fracasos”. Lo que pocas veces hacen consciente, es que, en la mayoría de los casos, sus fracasos se gestaron desde antes del pitazo de salida, debido a una ausencia de plan y de objetivos claros.
A esos emprendedores les sucede como aquel que decide armar un mueble por su propia cuenta, sin leer las instrucciones, y que al finalizar se queja porque le sobraron “un par de tornillos y tres tuercas”. E incluso se atreve a decir: “Seguramente lo empacaron mal”.
Salvo en contadas excepciones, NO, no lo empaquetaron erróneamente. Simple y sencillamente esa persona no leyó el instructivo, y lo armó al “ahí se va”.
En estos tiempos, en los que muchos nos encontramos analizando nuestros resultados del pasado y recapitulando nuestras vidas, es muy común darnos cuenta de que los errores y obstáculos de hace dos, tres o más años son los mismos que los del anterior.
¿Castigo divino? ¿Casualidad? ¿Mala suerte? ¿Brujería?
Prefiero quedarme con la idea de que, más bien, se debe a una inadecuada o falta de planeación.
Está demostrado, que en un alto porcentaje de los negocios que fracasan en sus primeros años, sus dueños tienen en común, la falta de claridad de lo que buscan y persiguen.
Por esa razón, te comparto seis claves a considerar antes de escribir todo lo que deseas.
Una meta necesita plantearse de manera:
1) POSITIVA: El cerebro cancela la palabra NO automáticamente. Esto quiere decir que, si tu meta es algo como: “No divorciarme”, “No engordar más”, “No fracasar en mi nuevo negocio”, el cerebro lo interpreta como: Ok, esta persona quiere divorciarse, engordar o fracasar. Por otra parte, definitivamente es mucho más inspirador trabajar por lo que SÍ queremos. Algunos ejemplos de metas positivas serían: “Tener una excelente relación y armoniosa comunicación con mi pareja”, “Adelgazar tantas libras” o “Aumentar un 15% mis ventas en los próximos seis meses”. Hasta se leen mejor, ¿no crees?
2) ESPECÍFICA Y EN TIEMPO PRESENTE: Ser bueno, tener salud o que alguien te ame son metas muy generales. Hay que irnos a lo específico. Ahí te preguntaría: ¿Qué es ser bueno para ti? ¿Cuánto dinero, cómo y en cuánto tiempo quieres ganarlo? ¿Qué significa que alguien te ame, qué tipo de pareja buscas? Siempre será mejor: Ganar cinco mil dólares al mes que solo ganar más dinero.
Y en tiempo presente significa, que no es lo mismo decir: “estaría bien, padre, suave, curado, chévere, bacano o cool” (dependiendo de donde me leas) cumplir tal o cual cosa en algún momento de la vida, a ya lo estoy cumpliendo, haciendo o logrando. Ejemplo: Estamos aumentando un X número de clientes cada mes.
3) REAL: Si tienes 40 años y tu meta es jugar en un equipo de futbol profesional, probablemente te vas a frustrar. Sí, es cierto que podemos crear nuestras circunstancias, es cierto que con trabajo, actitud, constancia e inspiración podemos lograr grandes cosas, pero hay que estar conscientes de la realidad. No como una limitante, sino como un contexto de aprendizaje. Ejemplo: “Soy piloto comercial en seis meses y viajo por todo el mundo”. Si en tu vida nunca has tomado ni siquiera una clase amateur de vuelo, es muy poco probable que suceda.
4) MEDIBLE: Sé que ya lo sabes, pero no está de más recordarlo: “Lo que no se puede medir, no se puede mejorar”. ¿Sabes cuántas personas he conocido en mi vida que quieren escribir un libro? Muchísimas. ¿Sabes cuántas de ellas realmente terminan escribiéndolo? Poquísimas. Y me he dado cuenta que quienes sí lo logran, es porque se pusieron fecha para “presionarse” a cumplirlo. Ejemplo: “Inicio mi negocio por internet el día 15 de agosto de este año”, “Ahorro 10,000 dólares antes del 31 de diciembre de 2016”, “Entro a clases de inglés y tomo los cuatro primeros módulos”.
5) PERSONAL: Lo creas o no, hay personas que me dicen que sus metas son algo como: “Que mi esposo ya sea expresivo conmigo”, “Que mi hijo saque buenas notas”, “Que mi jefe comience a valorar mi trabajo”. Poner tu meta (y peor aún, tu felicidad) en alguien más es sumamente peligroso, porque entregas todo el control y te eximes de la responsabilidad. Y aunque fueran metas grupales (que también es posible), siempre hay que asumir el compromiso que corresponde, por ejemplo una meta grupal no personal sería: “Que la competencia cierre todas sus sucursales”.
6) EMOCIONANTE: Literalmente, que te quite el sueño. Que te haga despertar una que otra noche, solo para pensar en ella. Muchos de mis proyectos han surgido a altas horas de la noche, porque estoy tan emocionado, que mi mente sigue generando ideas. Cuando algo no me lleva a esos grados de excitación, me queda claro, que no me debo de ir por esa ruta.
Espero que puedas apoyarte en esta simple estrategia para que tus metas sean lo suficientemente divertidas, objetivas e inspiradoras. Recuerda que estamos aquí para disfrutar el proceso, no para sufrirlo.
Deseo para ti, que puedas crear la vida que sueñas y mereces.