Cuando a Paul McCartney le preguntaron sobre cuál creía que había sido el inicio del fin de Los Beatles, contestaba refiriéndose a aquella historia en la que tocaron por vez primera en el New York’s Shea Stadium, en el verano de 1965, ante más de cincuenta y cinco mil fans histéricos que no paraban de gritar.

Era el concierto más multitudinario que el grupo había dado en su historia. Entre el clamor y el caos, los Beatles no podían ni siquiera escuchar su propia música. Su arte quedaba ahogado por su popularidad. Fueron los conciertos masivos como aquel, más una mezcla de intereses económicos derivada de lo mismo, según dijo Paul, el comienzo del fin de la banda.

A veces hay que ser lo suficientemente honestos para aceptar que hemos dejado de escucharnos y que hemos ido apagando nuestra propia voz.

¿Hace cuanto tiempo dejaste de escucharte? ¿Desde cuándo le perdiste el gusto, el amor y la pasión a todo lo que haces?

Probablemente debido al ajetreo de todos los días, el ir y venir, la agenda apretada, el multitasking, el quedar bien con todos y, sobre todo, a una falta de atención y enfoque, a veces nos olvidamos de lo más importante.

El trabajo es sin duda algo necesario en nuestras vidas, pero no podemos “endiosarlo”, poniéndolo siempre por encima de nosotros, como si fuéramos solo marionetas o esclavos suyos. El escritor Joseph Conrad decía que si bien entendía que el trabajo no le gustaba a ningún hombre, lo que le gustaba de aquél era “la ocasión de encontrarse a sí mismo”. Por su parte, Óscar Wilde, con su ironía acostumbrada, escribió: “Siempre he pensado que trabajar mucho es la ocupación de quienes no tienen nada mejor qué hacer.

En el momento en el que nos dejamos de divertir, de gozar, de disfrutar, es cuando comenzamos a morir lentamente. Ya sea en tu trabajo o en tu relación de pareja. Cuando dejas de asombrarte y apagas tu voz es importante revisar qué está fallando y qué decisiones hay que tomar.

Hoy es momento de rencontrarte con tu propia voz, con tu más anhelado sueño, con tu intención. Hoy es tiempo de reinventarte, cargar pilas y volver a andar el camino. Hoy es la oportunidad para no dejarte engañar por el ruido de la rutina, y recordar que estás en este mundo para que tu música siga sonando dentro de ti. No dejes de escucharte.

(*Artículo tomado del libro “+Felicidad, -Crisis” de David Montalvo)

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