Siempre he creído que proyectamos lo que llevamos dentro. Pero ahora, muchos piensan que es necesario tener un físico escultural, digno de cualquier revista de ejercicio, para que el interior se arregle o sane por sí solo. Nada más alejado de la realidad.
Desde luego que existe una tremenda conexión mente-cuerpo-cuerpo-mente, uno de los grandes promotores de esta filosofía y que nos acaba de visitar en México es Deepak Chopra, un mentor que respeto y admiro.
Pero en realidad, Chopra no se refiere a pasarnos horas en el gimnasio sino más bien en tener conciencia del templo sagrado que representa nuestro cuerpo y cómo cuidarlo dándole (física y espiritualmente) lo que realmente necesita.
Justo en estos momentos de mi vida, (te confieso) estoy haciendo una regeneración absoluta de mis hábitos alimenticios que me están llevando a un extraordinario nivel de salud, y desde luego que como consecuencia una baja considerable de peso. Sigo en el camino y pronto les hablaré al respecto.
Pero a lo que me quiero enfocar en esta reflexión, es que aún y bajo esa conexión estudiada, analizada y comprobada no podemos olvidar que son partes a las que hay que darle su debida importancia de forma individual.
Así como nos preocupamos tanto por la salud del cuerpo al estar horas en el gimnasio, bajar de peso, tomar mil y un suplementos o incluso adquirir algunos remedios «mágicos» de la televisión, también sería bueno ocuparnos de la salud de nuestra mente y de la estabilidad de nuestras emociones.
Nuestra vida se hace diferente cuando también ajustamos nuestras medidas emocionales para tener un 90-60-90 del interior; y eso se logra con horas de entrenamiento mental, ajuste de creencias limitantes, crear afirmaciones positivas, retornar al amor y sobre todo quitar el exceso de peso emocional (llámese odio, rencor, coraje) para empezar a vibrar más alto y generar lo que realmente deseamos.
Nada más importante como pedirle perdón a nuestro cuerpo por la grasa que le dimos en su momento pero también al alma por las emociones negativas a la que la expusimos.
¿Qué estás haciendo por tu vida interior? ¿La tienes en el gimnasio y alimentándola sánamente?
Hoy es buen momento para regresar al gimnasio emocional y poderte conectar de nuevo con tu esencia. Trabaja contigo por fuera pero también por dentro, notarás los resultados.