Pensar que otro tiempo futuro será mejor no es tan bueno como creemos. Algunos ponen toda su energía en el mañana y se olvidan de vivir el aquí y el ahora. Su felicidad está puesta en el anhelado aumento de sueldo, en la próxima boda, en el siguiente viaje.

Justo hace una semanas estaba platicando con la gerente de una afamada empresa, sobre los planes que tenía de crecimiento, sus metas, sus objetivos a largo plazo, la posibilidad de mudarse al extranjero, de estudiar otro idioma; en fin, todo lo relacionado a tiempos posteriores. Me platicaba cómo usaba todo tipo de visualizaciones para algún día tener la vida que soñaba.

El punto de quiebre se dio cuando le pregunté:

– ¿Que tanto disfrutas hoy de lo que ya has conseguido? ¿Qué tanto vives tu presente?

Y me contestó:
-Precisamente por eso quiero todo lo que te estoy diciendo, para empezar a gozar.

-Y ¿por qué no gozar desde ahorita? ¿Qué tanto disfrutas de estar contigo? ¿De convivir con tus hijos? ¿De tomarte una buena taza de café con tu mejor amiga? ¿De abrazar a tu esposo y decirle cuánto le amas? ¿De ver tu película favorita o jugar en tu pasatiempo favorito? ¿De agradecerle a Dios por todos los regalos que te ha enviado?
No me supo responder como ella hubiera querido. Se dio cuenta de que estaba tan enfocada en lo que le gustaría que pasara después, que se había olvidado de un pequeño detalle: vivir y disfrutar.
Hay personas que quedan en shock cuando les comparto esto, sobre todo cuando les hablo de disfrutar el instante, a pesar de que me comparten que ya no quieren la vida que tienen ahora.

¿Cómo disfrutar de lo que ya no queremos?

De verdad, estoy plenamente convencido que incluso se puede vivir el presente en medio de una crisis o momento adverso. Aun y cuando las cosas no son tan buenas como quisiéramos tenemos la oportunidad de gozar cada segundo, incluso en el dolor. Y de hecho, parajódicamente cuando vives así, cuando te enfocas en el momento actual y no te ganchas con tu pasado o tu futuro, le abres paso a lo que estorba y así se va mucho más rápido lo que no deseas.

Hoy realiza algo que hace mucho tiempo no hacías o habías olvidado: salte al jardín, al parque, medita, platica con Dios, camina con tu familia, llámale a un ser querido, escríbele a un buen amigo, di cuanto amas ,ve tu película favorita, mójate en la lluvia sin preocuparte, disfruta de tu platillo favorito, date un buen baño y relájate. Recuerda que el tiempo no se detiene por ti; las experiencias disfrutables ya no volverán y  las personas que amas pronto no estarán.

Diseña la vida que sueñas, pero no te olvides de vivir tu presente.

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