Me pidieron por Facebook mi opinión sobre esta frase, te la comparto:

«Las personas no cambian, demuestran ser con el tiempo lo que antes ocultaban»

Querer cumplir las expectativas de los demás es un suicidio. El tratar de satisfacer lo que quieren los otros, olvidándose de lo que uno desea y honestamente está llamado a ser, se vuelve un martirio constante.

He estado trabajando con muchas parejas en donde el grave problema es que en lugar de generar acuerdos respetando su individualidad, crean «fantasías» en su cabeza en donde piensan que el otro va a dejar de ser el otro y va a «cambiar».  Se termina generando un juego dramático en donde una parte (rara vez son las dos) termina haciendo todo lo que la otra quiere, olvidándose de su esencia. Probablemente esto les dure unos cuantos meses, pero tarde que temprano regresarán para sacar su «verdadero yo».

Te tengo noticias: El otro seguriá siendo siempre él y tú seguirás siendo siempre tú. De lo contrario, tarde que temprano la liga se rompe y se genera caos en cualquier relación.

Tampoco entonces la idea sería «Ok, entonces me conformo con lo que me tocó y aunque no me guste tengo que seguir ahí, sólo respeto al otro y ya». Nada más alejado de eso. Precisamente, esa es la razón por la cual muchos matrimonios fracasan. Por esa manía de «me tengo que aguantar».

Es importante que puedas tener muy claro respecto a la pareja que deseas en tu vida, y no a la que te conformas. Elegir al «menos malo» es como vivir a medias.

Pero David, entonces las personas ¿no cambian?

Te contesto desde mi propio micrófono, el de una persona que precisamente se dedica a que la gente lleve su vida a un nuevo nivel.

Sí, las personas pueden lograr importantes, dramáticos y positivos cambios en sus vidas. Vaya, ¡a eso me dedico!

Pero para eso se requiere un proceso intenso donde se involucre un trabajo holístico (mental, físico, espiritual y emocional), que el interesado realmente quiera, que se regale el tiempo suficiente (las personas no cambian en 1 mes), que acuda a un coach o terapeuta que lo lleve en el camino, que esté dispuesto a abandonar viejos hábitos y a quitarse lastres, etc, etc, etc.

Pero ¡cuidado!, su esencia, con la cual llegaron a este mundo, seguirá vigente. Es como si tuvieras en tus manos un trozo de carbón y un diamante. Puedes hacer que el carbón se vea mucho mejor o que el diamante brille más, pero no dejarán de ser carbón y diamante.

Lo importante es ser honesto y saber qué tipo de personas quieres en tu vida, como te mencionaba en la reflexión anterior

No hablo de egoísmo, hablo de entender que nadie da lo que no tiene. Nadie da a amor si no se ama primero a sí mismo. El libro de papá Jaime me encanta: «Te amo pero soy feliz sin ti». Esa es la clave: no querer que los demás cambien sino amarnos y sentirnos realizados primero nosotros, para de esa manera atraer a las personas que merecemos. Y claro,  en cualquier relación existen arreglos, acuerdos, ajustes, sacrificios, decisiones. Pero nunca lo confundas con acciones que atenten contra tu libertad, deseos o felicidad.

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