Desde que era niño me han encantado los peces. Los considero animales mágicos y místicos. En diversas etapas de mi vida he tenido una pecera en casa y he disfrutado y aprendido de lo que representa estar al tanto de ella.

Uno mis peces favoritos es sin duda la famosa carpa Koi. Y lo fue más cuando conocí lo que se dice sobre ellos. Según cuentan, dependiendo del lugar o recipiente en donde está es el tamaño que desarrolla.

Si el Koi se pone en una pecera pequeña, sólo llega a crecer unos cuatro o cinco centímetros. Pero, si se mantiene en un recipiente mayor crecerá mucho más que eso, hasta quince a veinte centímetros. Ya si hablamos de que se encuentre en un estanque de mayor tamaño puede llegar a crecer hasta cuarenta centímetros y en un lago hasta noventa.

Cuando me platicaron al respecto, se me hizo no sólo un dato interesante, sino una valiosa metáfora para aplicar a nuestra vida: Nuestro éxito o crecimiento es directamente proporcional al contexto en el que nos encontramos.

Esto no quiere decir que estamos condenados al espacio en el que vivimos, sino todo lo contrario. Tenemos la posibilidad de generar el contexto en donde queremos estar (sí, aún y a pesar de la adversidad) y de esta manera abrir más puertas y oportunidades.

Todos necesitamos de un contexto adecuado, desde un artista (sea músico, escultor o pintor) quien para expresar su creatividad debe de estar en un espacio que lo inspire, hasta un empresario que no puede producir los mismos resultados si está trabajando en un lugar sucio o conflictivo.

Un claro ejemplo es el de nuestra amiga Sara, quien no se sentía plena y realizada en su trabajo. La verdadera razón era que no se encontraba en las circunstancias ni espacio deseado, sino que había permitido desorden, desorganización y falta de compromiso en su vida y en su trabajo. Eso le traía malas experiencias y por lo tanto llegó a creer que «el culpable» era su mismo empleo.

Cuál fue su sorpresa al descubrir que, cuando decidió poner en orden todo lo que se encontraba desbalanceado, desde su mesa de trabajo, su dormitorio, hasta sus relaciones afectivas, todo de pronto, cual ficha de dominó, empezó a mejorar en su oficina.

Hoy en día no siempre podremos cambiar de pecera, pero al menos sí mejorar en la que estamos.

¿Cómo está el contexto hoy en tu vida? ¿Qué hay que sacar, modificar o mejorar de tu casa, de tu trabajo, de tus actividades diarias?

Recuerda, no eres un Koi condenado a vivir en donde te coloquen, sino que eres el creador de tu realidad. Empieza a mejorar tu contexto con pequeños pasos y notarás una gran diferencia.

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