¡Hola Inspirad@!
¿Cómo estás? ¿Cómo va tu vida y tu trabajo? Espero que todo muy bien.
Te escribo desde la oficina. Me encuentro trabajando en mi nueva conferencia «Equipos exitosos». Espero muy pronto poder compartirla en tu organización.
Quise escribirte, además de saludarte, para contarte que este fin de semana hicimos una limpia en la casa. Y no precisamente con incienso o con plantas mágicas.
Más bien, nos dimos a la tarea de voltear la casa de cabeza; para tirar todo lo que ya no sirviera, para sacar y regalar lo que le pudiera funcionar a alguien más y para reordenar lo que todavía es útil.
Esto por la llegada próxima de Balbina (mi hija).
Fue un ejercicio tremendo. Terminamos exhaustos (y eso que todavía nos falta…) pero valió la pena.
Me quedo con las siguientes reflexiones que te pueden servir:
–No hay excusa que valga (mucho menos la de «no tengo tiempo») para evitar poner en orden el desorden (Aplica en tu casa, pero también en tu vida personal y profesional).
–De vez en cuando hay que limpiar la vida. Cuando lo haces, se abren espacios y oportunidades. Por eso mismo, debería de ser una prioridad.
-Nadie sabe lo que tiene hasta que se pone a ordenar cajones. Descubres por ejemplo, cosas (personas y experiencias) que fueron importantes en su momento, pero que ahora ya no lo son. Agradece el tiempo que estuvieron contigo y despídete de ellas.
-Lo que no te ayude a crecer, es mejor desecharlo. Hay cosas que sólo ocupan espacio y tiempo pero que no aportan nada.
-Limpiar y ordenar es darte cuenta de cómo fuiste, cómo eres y cómo te gustaría ser. Que el pasado te sirva para tomar mejores decisiones en el presente.
-No te satures. Dejar espacios sin llenar, sobre todo de cosas inservibles (como adornos viejos) da un sentido de amplitud, en donde hasta se respira y se observa mejor.
-Hay cosas que no se pueden poner debajo de la alfombra o simplemente cambiar de lugar en la misma casa. Eso es sólo «disfrazar» y «postergar» lo inevitable. Por eso, es mejor sacarlas, para no tener la tentación de seguirlas guardando.
-El que busca…encuentra. El desorden, cuando lo trabajamos, siempre nos regala lecciones. Hay que estar atento a ellas.
Interesante, ¿no crees?. Ya te seguiré contando de esta depuración.
Por cierto, si quieres saber más sobre estos temas checa los libros «La magia del orden» de Marie Kondo, «La zanahoria es lo de menos», de mi autoría u «Objetivo: Felicidad» de Gretchen Rubin.
Y tú, ¿qué necesitas limpiar en tu casa, en tu oficina, en tu vida…? Cuéntame.
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Te mando un fuerte abrazo a la distancia. Nos leemos pronto,